Soy Arantxa.

 

Me dediqué profesionalmente, durante muchos años, al mundo de la moda y de la imagen, viviendo hacia fuera en piloto automático y totalmente desconectada de mí sin saberlo, arrastrando vivencias nada fáciles de mi infancia y conviviendo con una vorágine emocional que no sabía gestionar.

 

Yo era para mí una autentica desconocida volcada en lo exterior, dirigida por una mente imparable y destructora, que me atormentaba y me generaba una profunda ansiedad que no me permitía vivir.

 

Aunque parecía que lo tenía todo, estaba realmente vacía. Permanentemente insatisfecha, siempre andaba buscando algo y huyendo cada vez que las emociones me superaban.

Vivir! (respiro profundo…), ¡qué palabra más grande! 

Yo no sabía qué era vivir.”

Arantxa con un gorro y sonriendo

Llegó un día en el que toqué fondo. En ese momento de oscuridad me di cuenta que ya no podía seguir así y algo me impulsó a ocuparme de mí misma. Empecé a hacerme responsable de mis propias decisiones, a cuidarme y sanarme, a rescatarme. Con el tiempo me fui adentrando en un movimiento de transformación, de mayor conocimiento de mí misma, que me llevó a reorientarme profesionalmente.

 

Me especialicé en alimentación energética, emocional y macrobiótica. Ya mi pasión por la cocina venía desde muy pequeña; mis padres eran magníficos cocineros que me inculcaron una alimentación saludable, mediterránea y tradicional. Es algo que me conecta con la ayuda y el amor. Tras años de investigación y experimentación, he ido encontrando la posibilidad de trabajar las emociones y la mente a través de la alimentación, interiorizar en mí y sanarme.

Arantxa con un gorro y sonriendo

Llegó un día en el que toqué fondo. En ese momento de oscuridad me di cuenta que ya no podía seguir así y algo me impulsó a ocuparme de mí misma. Empecé a hacerme responsable de mis propias decisiones, a cuidarme y sanarme, a rescatarme. Con el tiempo me fui adentrando en un movimiento de transformación, de mayor conocimiento de mí misma, que me llevó a reorientarme profesionalmente.

 

Me especialicé en alimentación energética, emocional y macrobiótica. Ya mi pasión por la cocina venía desde muy pequeña; mis padres eran magníficos cocineros que me inculcaron una alimentación saludable, mediterránea y tradicional. Es algo que me conecta con la ayuda y el amor. Tras años de investigación y experimentación, he ido encontrando la posibilidad de trabajar las emociones y la mente a través de la alimentación, interiorizar en mí y sanarme.

Arantxa con un gorro y sonriendo

Llegó un día en el que toqué fondo. En ese momento de oscuridad me di cuenta que ya no podía seguir así y algo me impulsó a ocuparme de mí misma. Empecé a hacerme responsable de mis propias decisiones, a cuidarme y sanarme, a rescatarme. Con el tiempo me fui adentrando en un movimiento de transformación, de mayor conocimiento de mí misma, que me llevó a reorientarme profesionalmente.

 

Me especialicé en alimentación energética, emocional y macrobiótica. Ya mi pasión por la cocina venía desde muy pequeña; mis padres eran magníficos cocineros que me inculcaron una alimentación saludable, mediterránea y tradicional. Es algo que me conecta con la ayuda y el amor. Tras años de investigación y experimentación, he ido encontrando la posibilidad de trabajar las emociones y la mente a través de la alimentación, interiorizar en mí y sanarme.

Emprendí, asimismo, el camino del cuerpo a través de la práctica del Yoga, la meditación y del masaje tailandés. Todos ellos me ayudaron enormemente a entender y apaciguar mi mente.

 

He pasado, y continuo pasando, años en Tailandia formándome y especializándome en las diferentes disciplinas que favorecen el contacto profundo con lo somático, con lo instintivo, con el cuerpo, con la energía, y que me aportan una mayor armonía emocional y una mayor capacidad de vivir.

Arantxa en posición de flor de loto en un bosque

Emprendí, asimismo, el camino del cuerpo a través de la práctica del Yoga, la meditación y del masaje tailandés. Todos ellos me ayudaron enormemente a entender y apaciguar mi mente.

 

He pasado, y continuo pasando, años en Tailandia formándome y especializándome en las diferentes disciplinas que favorecen el contacto profundo con lo somático, con lo instintivo, con el cuerpo, con la energía, y que me aportan una mayor armonía emocional y una mayor capacidad de vivir.

Arantxa en posición de flor de loto en un bosque
Arantxa en posición de flor de loto en un bosque

Emprendí, asimismo, el camino del cuerpo a través de la práctica del Yoga, la meditación y del masaje tailandés. Todos ellos me ayudaron enormemente a entender y apaciguar mi mente.

 

He pasado, y continuo pasando, años en Tailandia formándome y especializándome en las diferentes disciplinas que favorecen el contacto profundo con lo somático, con lo instintivo, con el cuerpo, con la energía, y que me aportan una mayor armonía emocional y una mayor capacidad de vivir.

Voy experimentando y compartiendo, pues desde ahí nace mi conocimiento. 

Y así acompaño al otro en su viaje hacia dentro, hacia la salud.

Trato de integrar lo que voy aprendiendo y sigo curiosa por continuar descubriéndome. Me considero una investigadora de la vida con el deseo innato de compartir lo experimentado, pues creo firmemente que tod@s estamos en lo mismo.

¿Sientes que te gustaría seguir mis pasos?

Cada persona tiene su propio camino, pero si algo te llama  puedo acompañarte a que aprendas herramientas que te ayudarán a caminar el tuyo con más energía y ligereza. Tan sólo cambiando algunos hábitos en tu alimentación y tus rutinas conseguirás ser más creativ@ con lo que la vida te trae.

¿Sientes que te gustaría seguir mis pasos?

Cada persona tiene su propio camino, pero si algo te llama  puedo acompañarte a que aprendas herramientas que te ayudarán a caminar el tuyo con más energía y ligereza. Tan sólo cambiando algunos hábitos en tu alimentación y tus rutinas conseguirás ser más creativ@ con lo que la vida te trae.

Muéstrame cómo!

Todos esos momentos de dificultad y de agotamiento, ese caos físico y emocional que viví desde mi infancia hasta que desperté, han supuesto el mayor tesoro que la vida pudo darme. Decidí confiar en ella y en mí. Y la recompensa es maravillosa.

 

Se puede.

 

Tú tienes la llave.